Ser abogado autónomo implica mucho más que atender a clientes y ganar casos. Además de la parte jurídica, hay una realidad que a menudo se olvida: gestionar correctamente la fiscalidad. Muchos profesionales del sector legal cometen el error de no deducir todos los gastos que la ley permite, perdiendo la oportunidad de optimizar sus impuestos y mejorar la rentabilidad de su actividad.
Desde Asesoría Lex, especialistas en asesoría para autónomos, te contamos qué gastos puedes desgravar si ejerces como abogado por cuenta propia, y cómo hacerlo de forma segura y legal.
¿Qué significa desgravar un gasto profesional?
Cuando hablamos de desgravar, nos referimos a restar del total de tus ingresos los gastos necesarios para desarrollar tu actividad profesional, de modo que solo pagues impuestos por el beneficio real, no por la facturación total.
Esto afecta tanto al cálculo del IRPF como al del IVA:
- En el IRPF, reducirás tu base imponible.
- En el IVA, podrás deducir el IVA soportado de las compras o gastos relacionados con tu actividad.
Por ejemplo, si facturas 60.000 € al año y acreditas 15.000 € en gastos deducibles, solo tributarás por los 45.000 € de beneficio real.
Condiciones para que un gasto sea deducible
No todo vale a la hora de deducir gastos. Según la normativa fiscal, los gastos deben cumplir tres requisitos fundamentales:
- Ser necesarios para el desarrollo de la actividad profesional.
- Estar justificados con factura válida y el correspondiente pago bancario.
- Estar registrados en tu contabilidad o en tus libros fiscales.
Desde nuestro servicio de asesoría contable y fiscal, te ayudamos a cumplir estos requisitos para que puedas desgravar con seguridad.
Lista de gastos deducibles para abogados autónomos
A continuación, detallamos los principales gastos que puedes incluir como deducibles si trabajas como abogado autónomo:
1. Alquiler de despacho y suministros
Si tienes un despacho profesional:
- Alquiler del local o coworking.
- Suministros: luz, agua, internet, teléfono, calefacción o aire acondicionado.
- Gastos de comunidad o limpieza, si los pagas tú como arrendatario.
Si trabajas desde casa, también puedes deducir un porcentaje proporcional de estos gastos, siempre que hayas notificado el uso profesional de tu vivienda a Hacienda.
2. Material de oficina y tecnología
Todos los elementos necesarios para trabajar también son deducibles:
- Papelería: bolígrafos, carpetas, agendas, sobres, etc.
- Equipos electrónicos: ordenadores, móviles, tablets y sus accesorios.
- Software jurídico o programas de facturación y gestión documental.
3. Gastos de desplazamiento
Si te desplazas para atender clientes o acudir a juicios, puedes deducir:
- Billetes de tren, avión, taxi o autobús.
- Peajes y aparcamientos.
- Kilometraje y gastos de vehículo, siempre que el coche esté afecto a la actividad.
Este punto suele generar dudas. Por eso, en Asesoría Lex, te asesoramos sobre cómo justificar estos desplazamientos correctamente para evitar problemas con Hacienda.
4. Gastos de formación y colegiación
Invertir en tu formación continua es deducible:
- Másteres, cursos, seminarios o congresos jurídicos.
- Libros, revistas y suscripciones especializadas.
- Cuotas del colegio de abogados o asociaciones profesionales.
5. Gastos de representación
Son deducibles siempre que estén relacionados con la captación o fidelización de clientes:
- Comidas o cafés de trabajo (limitados y justificados).
- Regalos promocionales de bajo valor, como agendas o bolígrafos personalizados.
6. Seguros y protección profesional
- Seguros de responsabilidad civil profesional.
- Seguros de salud si están vinculados a tu actividad.
- Seguros para proteger tus equipos o despacho.
7. Servicios profesionales contratados
Si subcontratas servicios como:
- Asesoría fiscal y contable.
- Gestión laboral si tienes empleados a tu cargo.
- Servicios de limpieza o mantenimiento del despacho.
- Servicios de marketing o diseño web.
8. Publicidad y promoción
- Creación de tu página web profesional.
- Publicidad online o en medios de comunicación.
- Material publicitario: tarjetas, flyers, carteles, etc.
En Asesoría Lex, te ayudamos a incluir correctamente estos gastos en tu contabilidad para que puedas aprovechar todas las ventajas fiscales.
Errores habituales que deberías evitar
- No guardar las facturas completas: No sirven los tickets ni los justificantes bancarios sin factura.
- Confundir gastos personales con profesionales: Solo puedes deducir lo que está directamente relacionado con tu actividad.
- No registrar los gastos en los libros oficiales: Sin registro, el gasto no es deducible.
- Olvidar comunicar el uso de la vivienda como despacho: Requisito indispensable si quieres deducir gastos domésticos.
¿Cómo asegurarte de que lo haces bien?
La gestión fiscal puede parecer sencilla al principio, pero con el tiempo se vuelve cada vez más compleja. Además, la normativa cambia con frecuencia. Por eso, contar con un equipo experto como el de Asesoría Lex te garantiza que:
- Aprovechas todas las deducciones legales posibles.
- Cumples con los requisitos que exige Hacienda.
- Evitas sanciones y errores que te puedan costar caro.
- Puedes centrarte en tu profesión, sin preocuparte por el papeleo.
Contacta con Asesoría Lex y optimiza tus impuestos
Si eres abogado autónomo y quieres asegurarte de que estás deduciendo todos los gastos permitidos, ponte en contacto con nuestro equipo. Puedes hacerlo a través de nuestro formulario de contacto o visitando nuestra oficina.
En Asesoría Lex, ayudamos a abogados, autónomos y empresas a gestionar su fiscalidad de forma integral, para que no paguen ni un euro de más y cumplan con todas sus obligaciones legales.